Iván
Rodrigo García Palacios
Carta
eleusina No. 16
Construcciones en
Göbekli Tepe, ilustración.
Apreciado Lucilio, "te
saludo"
Me animan a escribirte dos
descubrimientos científicos recientes, porque en su divulgación se
patentiza uno de los prejuicios más dañinos para las ciencias y las
filosofías y, a veces, también para las artes: las visiones
teologizadas y antropomórficas del universo y de todo lo que allí
existe y se sucede, con lo cual se distorsiona, tergiversa y limita
el descubrimiento de conocimiento y lo natural de ser humanos.
Me explico: según ese
prejuicio, todo lo que el Homo-Humano hace, investiga y descubre,
está determinado o, bien, porque tiene que haber sido creado por una
entidad superior y absoluta a la que se llama dios o, bien, porque se
considera que son los miembros de género masculino de la especie la
medida de todas las cosas.
Pienso que tan pernicioso
prejuicio lo tenemos aclarado, así que paso a los dos
descubrimientos científicos. Estos son: uno, los asentamientos
paleolíticos de Göbekli Tepe, en Turquía y,
dos, la demostración de la existencia del bosón de Higgs.
Empiezo por comentarte el primero de esos descubrimientos.
Hace unos cuantos años, en
Turquía, en la región de Göbekli Tepe (que
significa colina panzuda), los arqueólogos descubrieron unas
peculiares construcciones megalíticas circulares de gran tamaño y
acabada forma, cuya datación se remonta a casi doce mil años antes
de Cristo, casi siete mil años antes de las más antiguas de las
construcciones megalíticas ya conocidas, a las que, además, superan
por estar mucho mejor construidas y decoradas.
La historia de este
descubrimiento, sus detalles, mapas y fotografías, se pueden
consultar en la siguiente página de internet y sus enlaces:
Ese es un descubrimiento
importante, sin embargo, lo que llamó mi atención es que la primera
explicación y denominación que le asignaron los arqueólogos o los
divulgadores, fue que se trataba de un templo, un lugar de cultos y
ritos religiosos, sin que se contemplara la posibilidad de que
podrían haber sido otras las motivaciones de su construcción y
usos, dadas las mismas características asignadas por ellos.
En primer lugar, la misma
datación establece que tales construcciones fueron realizadas apenas
se habían retirado los hielos de la última gran glaciación y que
por ello aquella región se había convertido en un fértil
territorio cubierto de vegetación y poblado por numerosas especies
animales que la aprovechaban.
En segundo lugar, los
Homo-Humanos de esa época todavía eran cazadores-recolectores que
vieron allí la oportunidad de explotar esa especie de alacena
alimentaria.
En tercer lugar, los
arqueólogos no han descubierto ningún asentamiento o poblado, más
o menos permanente, en las cercanías de aquellas construcciones,
pero sí en otros lugares más distantes, lo que permite pensar que,
a pesar del posible nomadismo, esa región, por alguna razón, no les
era favorable y preferían establecer sus campamentos en otros
lugares.
En cuarto lugar y por más
que los observo, los megalitos erigidos y tallados de esas
construcciones, si bien pueden representar figuras humanas, no son ni
individual ni colectivamente, figuras de dioses, más bien parecen,
por los relieves de las figuras talladas, representaciones de
identidades o informaciones importantes que era necesario reconocer y
conservar, tales los casos de los cazadores más importantes, así
como de los animales que se cazaban y de los lugares donde abundaban.
Algunos interpretes han asociado las tallas y figuras con mapas de
constelaciones estelares, lo cual puede indicar que aquella
información les permitía señalar y localizar los mejores cotos de
caza de las distintas especies.
En quinto lugar, la historia
de su decadencia, es decir, que la sucesión de aquellas
construcciones en el tiempo muestran que la primera, de mucho mayor
tamaño, mejor construida y decorada, fue abandonada y tapada con
tierra y escombros y que en sus cercanías se erigieron otras, cada
vez más pequeñas, rusticas y de acabados de menor calidad, las que,
a su vez, también fueron enterradas, hasta algún momento en el cual
ya no se construyó ninguna más. Esto permite pensar que a medida
que aquel coto de caza y recolección perdía su abundancia,
descendían las motivaciones y esfuerzos para su construcción y los
Homo-Humanos se fueron dispersando en busca de lugares más
propicios, tales los valles de los ríos Tigris y Eufrates, así como
hacia las islas cercanas del Mediterráneo oriental. Ese es otro
asunto que bien puede considerarse como el origen del mito de la
Torre de Babel, la confusión de las lenguas y la dispersión de los
pueblos.
En sexto lugar, por más que
las miro, aquellas construcciones, más que templos, me parecen
pabellones de caza, casi que como aquellos que construyeron las
aristocracias feudales y modernas, lugares en los que se reunían los
cazadores para repartir, festejar, protegerse y planear sus cacerías.
Por la misma información arqueológica, se sabe que en aquellos
lugares no hubo habitantes permanentes, así que allí no habitaron
ni personal de servicios ni sacerdotes.
En consecuencia y para mi
gusto, estas construcciones no son templos y que algunos de los
pueblos que de allí partieron, tal el caso de los minoicos, tampoco
construyeron templos, sin que ello quiera decir que no expresaran de
otras manera sus sentimientos de lo sagrado y lo divino. Así que los
primeros templos y religiones institucionalizadas se construyeron y
desarrollaron en otros lugares, por otras circunstancias y en tiempos
posteriores, tal el caso de los sumerios y demás civilizaciones
mesopotámicas.
Como puede deducirse, no
toda cultura y civilización tiene que tener un origen teogónico y
religioso. También es posible pensar que las motivaciones humanas
impulsadas por la necesidad, a su vez, tuvieran una expresión lúdica
de la supervivencia.
***
El segundo de los
descubrimientos científicos y el que más atención y prejuicios
representa, es la reciente demostración de la existencia del bosón
de Higgs, al que algún gracioso le dio por bautizar como el “bosón
de Dios”. Eso es algo así como que la ciencia hubiera descubierto
el punto en la “i” de una palabra escrita por el ser superior en
el texto con el que explica su creación.
Como bien podrás pensar, la
ciencia y los prejuicios que la limitan, distorsionan y tergiversan,
sigue siendo controlada y manipulada por el creacionismo teogónico.
***
Por mi parte, me quedo con:
En un principio el
Homo-Humano era hijo de la Madre Tierra, La Madre Materia, el cual,
por su soberbia, se creyó dios, le dio muerte a su madre y ella lo
castigó a sufrir impotente ante lo desconocido.
(Escribí para mí, para ti,
para quien sea)
"Que sigas bien",
Iván Rodrigo García
Palacios.
Medellín, 15 de julio 2012