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lunes, 28 de marzo de 2011

Carta eleusina No. 8


 
Iván Rodrigo García Palacios
Carta eleusina No. 8
"Cada planeta en el que nace el pensamiento se convierte en el centro en el que el universo se mira, y es el lugar más importante entre los miles de millones de lugares" (Georges Charpak y Roland Omnès, Sed sabios, convertíos en profetas, Anagrama, Barcelona, 2005, p. 171).


Apreciado Lucilio, "te saludo"
Me quedé inquieto con tu comentario a cerca de que no existe un materialista puro, a lo que agregaría, lo mismo hubieras podido decir para un determinista puro.
Así que decidí ahondar un poco más en mis Lecturas Lúdicas de gaya ciencia pensando en aquello que había escrito Goethe sobre los físicos y los filósofos y que ya había citado en mi Carta eleusina No. 5:

"Si el físico puede llegar a conocer aquello que hemos llamado un fenómeno primigenio, queda entonces aliviado, y el filósofo con él. El primero porque está convencido de haber llegado a los límites de su ciencia, de que se encuentra en las alturas empíricas, desde donde, hacia atrás, puede vislumbrar la experiencia en todos sus niveles, y, hacia adelante, el reino de la teoría, donde puede penetrar. El filósofo queda aliviado porque toma del físico algo último, que para él se convierte en algo primero" (J. W. Goethe, Teoría de los colores).

Y empecé a plantearme paradojas y galimatías a partir de la lectura de un bello libro que te recomiendo leer:
Georges Charpak y Roland Omnès, Sed sabios, convertíos en profetas, Anagrama, Barcelona, 2005.
Sus autores son físicos y Charpak es Premio Nobel de Física.
Como quien dice y con los científicos filosofando, estamos de "eterno retorno" a los filósofos naturales y a la filosofía natural.
Claro que está también la otra filosofía: "la medicina del alma", pero ese es otro asunto de buenas intenciones y buenos negocios, con algunas excepciones.
Y, a todas éstas, ¿dónde queda la filosofía especulativa?
¿En las palabras de los poetas?
***
Mejor me pongo a especular en filosofía cuántica:
- Como lo decían los más antiguos de los antiguos griegos: en el pasado está prefigurado el futuro. El presente es un estado de paso.
- O la respuesta de Yahvé a Moisés: "Yo soy el que es".
- Lo que "es", "es", porque "es", así no se sepa todo al respecto y quizás nunca se llegue a saberlo, pero "es".
- Lo que "es", "es", porque es posible, porque ya fue otro "es" y porque será otro "es", pero no cualquier "es", sólo otro "es" que sea posible.
- No es un "es" determinista, porque ni se dice ni se determina que ese "es" será una u otra cosa, sino que ese "es" será lo posible que tiene que ser: un "es" en una infinitud de "es" posibles en el tiempo y el espacio, pero, aun más, en la materia, incluidas la radiación y la luz.
- Tiempo, espacio y materia, son convenciones conceptuales para denominar unos "es" que son sólo un "es": la trasmutación de lo infinitamente minúsculo en lo infinitamente mayúsculo y viceversa, infinitamente. Igual para todo lo que "es".
- Azar que deja de ser azar cuando el "es", "es". Un determinismo que deja de ser determinismo cuando el "es" deja de ser ese "es".
- La libertad, mejor que libre albedrío: El "es" es libre porque ese "es", ya fue un "es", es un "es" y será otro "es" posible.
- Lo que se puede saber de ese "es": que ya fue, que "es" y que será, pero nunca exactamente lo qué fue, es y será.
- Toda acción, física, fisiológica o mental, interna o externa, minúscula o mayúscula, consciente o inconsciente, voluntaria o involuntaria, con intención o sin intención, etc., que me afecte, me afecta y me trasforma necesariamente en otro que sea posible, minúscula o mayúsculamente.
- Cualquier decisión que yo tome, trasforma y me trasforma en el estado posible que fui, soy y seré.
- Un "es" que será porque ya fui, ya soy y ya seré.
***
Tener conciencia de que fui, soy y seré, así como tener conciencia de recordar, manipular, proyectar, comunicar, con obvias limitaciones, es algo que bien sabe la conciencia y lo hace consciente; lo difícil es contarlo, trasmitirlo a los otros.
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La conciencia (Yo, sí mismo, etc.) depende del lenguaje, muy limitado, para expresarse, explicarse y comunicarse con otras conciencias.
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La conciencia individual v/s. la conciencia universal. Individuo autónomo, libre v/s. masa de individuos conectados, interrelacionados.
¿Será, acaso, ese el destino de la humanidad? (ver más adelante las profecías de la evolución).
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El sentido de la existencia de una abeja para sí misma, para la colmena y para el universo, es igual al sentido de la existencia de un Homo-Humano para sí mismo, para la humanidad y para el universo: ser uno en la suma del infinito.
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Sólo que el Homo-Humano siente que tiene conciencia y es consciente de ello, se conoce a sí mismo y conoce el universo: el universo se contempla a sí mismo.
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Tengo conciencia porque siento y porque soy consciente de mis sentimientos. Los sentimientos son la conciencia y lo consciente de mi mismo en lo otro y en los otros.
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Pero, antes de aprender a pensar, debí aprender a sentir.
***
Sé que pienso porque siento.
Sé de sentimientos sin palabras.
Sé de palabras sin sentimientos.
Las palabras sin sentimientos:
No me interesan.
Los sentimientos sin palabras:
Me confunden.
Sé de palabras enamoradas,
que enamoran.
Sé de palabras envenenadas
y afiladas.
Sé de besos y caricias sagrados.
Sé de epifanías por un beso.
Sé de éxtasis por una caricia.
Sé de palabras que matan.
Sé de besos venenosos.
Sé de caricias que rompen la piel.
Pero,
¿qué es una palabra?
¿qué es un beso?
¿qué es una caricia?
***
Lo trascendente es trascendente no porque exista un absoluto, sino porque yo soy el que soy, el que fui y el que seré: uno en la suma total del infinito.
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A la célebre frase de Einstein "Dios no juega a los dados", es necesario añadir: "Con Dios no se juega". Dios no es un juguete, un comodín necesario para explicar los misterios de lo desconocido.
***
Y para continuar mirándome en el espejo del universo y antes que el síndrome heideggeriano tome posesión de mi mente, retorno a la Naturaleza y propongo unas preguntas que me inquietan:
¿Si los millones de células que conforman un organismo vivo se han organizado homeodinámicamente para preservar y mantener el bienestar del organismo, cómo lo hacen?
¿Como se comunican entre ellas y cómo es la comunicación del organismo consigo mismo y con los demás organismos y con el mundo?
¿Será acaso posible que los Homo-Humanos puedan llegar a organizarse y comunicarse de una manera similar?
¿Será acaso que la rapidez de la evolución cultural habrá desbordado a la lenta evolución natural del Homo-Humano?
O, ¿Será acaso que la evolución cultural no es otra cosa que otra manifestación de la evolución del universo?
Así parece.
Millones de años de bios, evolución biológica. Y sólo unos cuantos miles de años de evolución cultural. Treinta o cuarenta mil años de zoé, de conciencia mitológica. Diez mil años de hacer cuentas con los objetos, de conciencia numerológica (la invención de los "sellos de cálculo"). Seis milenios desde la invención de la escritura, de conciencia logográfica. Menos de tres milenios de logos. Unas cuantas décadas de conciencia virtual, virtualidad en "tablillas de luz" en las cuales ya somos la letra.
Para viajar diez siglos hacia el pasado, ¿ya están próximos los tiempos en los cuales nosotros mismos seremos aquella letra?:

"Una letra de la que tú eres el sentido" (Ibn-Arabi).

Una evolución cultural de la que Jorge Luis Borges fuera un profeta de su Apocalipsis:

"El contacto y el hábito de Tlön han desintegrado este mundo. Encantada por su rigor, la humanidad olvida y torna a olvidar que es un rigor de ajedrecistas, no de ángeles. Ya ha penetrado en las escuelas el (conjetural), "idioma primitivo" de Tlön; ya la enseñanza de su historia armoniosa (y llena de episodios conmovedores) ha obliterado a la que presidió mi niñez; ya en las memorias un pasado ficticio ocupa el sitio de otro, del que nada sabemos con certidumbre -ni siquiera que es falso-. Han sido reformadas la numismática, la farmacología y la arqueología. Entiendo que la biología y las matemáticas aguardan también su avatar... Una dispersa dinastía de solitarios ha cambiado la faz del mundo. Su tarea prosigue".
"Entonces desaparecerán del planeta el inglés y el francés y el mero español. El mundo será Tlön"
(Jorge Luis Borges, Tlön, Uqbar, Orbis Tertius, en Ficciones - El Aleph -El informe Brodie, Colección Ayacucho, Caracas, 1986 (264 p.), p. 16).

Pero, si este Apocalipsis del mundo de Tlön parece aterrador, mucho más asombrosa es la profecía de Philip K. Dick, quien, en 1964, en su novela Tiempo de Marte, planteaba esa CONCIENCIA VIRTUAL a la que se refería Roberto Bolaño:

Dick es el primero, literariamente, en hablar con elocuencia de la CONCIENCIA VIRTUAL. Dick es el primero, y si no el primero el mejor, en hablar sobre la percepción de la velocidad, la percepción de la entropía, la percepción del ruido del universo en Tiempo de Marte”.
(Roberto Bolaño, Entre paréntesis, Anagrama, Barcelona, 2004, p. 183.).

Es ese el mundo que Dick creó para la mente de Manfred Steiner, un personaje que se comunica con los otros, con los animales y con las máquinas a través de su mente y quien puede anticipar y hasta condicionar el futuro, razones por las cuales "los normales" lo consideran esquizofrénico. Ese mundo, mentalmente virtualizado, ya empieza a existir, como puede deducirse por estas pocas citas de la novela de Philip K. Dick:
"—Leí algo sobre un niño que se creía una máquina —dijo Arnie—. Decía que para que funcionara había que enchufarlo" (p. 146).
[...]
"Casi me parece que Manfred no sólo conoce el futuro; en cierto modo lo controla. Puede hacer que suceda lo peor posible porque eso es lo natural para él, porque así ve la realidad. Es como si estando a su alrededor nos fuéramos sumiendo en esa realidad, como si nos embebiera y nos reemplazara la forma de ver las cosas, y por alguna razón no sucediera la clase de acontecimientos a que estamos habituados. Para mí no es natural pensar así; nunca antes he tenido esta sensación del futuro" (p. 158).
[...]
"—Pensaba en algo que dijo Arnie antes de morir. Yo estaba con él. Dijo que no estaba en un mundo real, sino en la fantasía de un esquizofrénico, y ahora eso me ronda la mente. Nunca se me había ocurrido pensar cuánto se parece nuestro mundo al de Manfred... Yo creía que eran absolutamente distintos. Ahora veo que es más una cuestión de grados" (p. 246).
(Philip K. Dick, Tiempo de Marte, Minotauro, Barcelona, 2002.)
***
¿Es acaso un retorno de la evolución cultural a los causes propios y naturales de la evolución biológica?
¿Es acaso ese el fin de la evolución de la mente: una CONCIENCIA VIRTUAL, biológica que inventa una extensión de sí misma por medio de una CONCIENCIA VIRTUAL, tecnológica?
Por el momento, lo mejor es decir con Heráclito:
"14 [A 18] La vida es un niño que se divierte moviendo las fichas por el tablero; es el reino del niño".
(Giorgio Colli, La sabiduría griega, Heráclito, III, Trotta, Madrid, 2010, p. 33).
Otro tema de iones y eones para dar y convidar.
***
Como curiosidad, cito la explicación de Heidegger a este fragmento de Heráclito, al referirse al segundo proyecto de Nietzsche del "eterno retorno de lo mismo" que ya había citado en PS. Carta eleusina No. 1:
"El segundo proyecto invierte el orden de los pensamientos principales al comenzar con el del eterno retorno. Dice así (XII, 426):
«1) El conocimiento más poderoso.
2) Las opiniones y los errores transforman al hombre y le dan las pulsiones, o bien: los errores incorporados.
3) La necesidad y la inocencia.
4) El juego de la vida.»
Este proyecto también proporciona algunas indicaciones en otro respecto: «La necesidad» no se refiere a cualquier necesidad sino a la del ente en su totalidad. «El juego de la vida» nos recuerda inmediatamente una sentencia de Heráclito, el pensador al que Nietzsche se σεία más próximo: αιών παΐςέστι παίδων, πεσσεύων ποαδοςή βασιΛηίη (fr. 52). «El eón es un niño que juega, jugando con fichas sobre un tablero; de un niño es el dominio» (sobre el ente en su totalidad).
Con eso se indica: el ente en su totalidad está dominado por la in-nocencia [Un-schuld]. La totalidad es αιών. Es prácticamente imposible traducir esta palabra de manera adecuada. Alude a la totalidad del mundo, pero, a la vez, tomada como tiempo y referida por medio de éste a nuestra «vida», alude al transcurso vital mismo. Se suele determinar el significado de αιών del siguiente modo: Eon alude al «tiempo» del «cosmos», es decir de la naturaleza, que se mueve en el tiempo que mide la física. De este tiempo se distingue el tiempo de nuestras «vivencias». Pero lo que se nombra con αιών está más acá de ese tipo de distinciones. Asimismo, se piensa el κόσμος muy pobremente cuando se lo representa de modo cosmológico.
El uso que hace Nietzsche de la palabra «vida» es ambiguo. Nombra la totalidad del ente y, al mismo tiempo, nuestro modo de estar «entremezclados» en esa totalidad. Una ambigüedad análoga se da al hablar de «juego» (cfr. la primera de las «Canciones del Príncipe Vogelfrei»: «A Goethe»; apéndice a la segunda edición de La gaya ciencia, 1887; v. t. II, págs. 380 s.)".
(Martin Heidegger, Nietzsche, Vol. I, Destino, Barcelona, 2000, pp. 272-273).
Añado y aclaro: las citas que hace Heidegger corresponden a la «edición en gran octavo» de las obras completas de Nietzsche, basada en los trabajos de Peter Gast y en el Archivo Nietzsche-Foster-Nietzsche y que fuera la oficial hasta 1964, cuando comienza a aparecer la edición crítica de G. Colli y M. Montinari, que la remplazó.
(Escribí para mí, para ti, para quien sea),
"Que sigas bien"
Iván Rodrigo García Palacios.




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