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domingo, 15 de julio de 2012

Carta eleusina No. 16



Iván Rodrigo García Palacios
Carta eleusina No. 16

 
Construcciones en Göbekli Tepe, ilustración.


Apreciado Lucilio, "te saludo"
Me animan a escribirte dos descubrimientos científicos recientes, porque en su divulgación se patentiza uno de los prejuicios más dañinos para las ciencias y las filosofías y, a veces, también para las artes: las visiones teologizadas y antropomórficas del universo y de todo lo que allí existe y se sucede, con lo cual se distorsiona, tergiversa y limita el descubrimiento de conocimiento y lo natural de ser humanos.
Me explico: según ese prejuicio, todo lo que el Homo-Humano hace, investiga y descubre, está determinado o, bien, porque tiene que haber sido creado por una entidad superior y absoluta a la que se llama dios o, bien, porque se considera que son los miembros de género masculino de la especie la medida de todas las cosas.
Pienso que tan pernicioso prejuicio lo tenemos aclarado, así que paso a los dos descubrimientos científicos. Estos son: uno, los asentamientos paleolíticos de Göbekli Tepe, en Turquía y, dos, la demostración de la existencia del bosón de Higgs. Empiezo por comentarte el primero de esos descubrimientos.
Hace unos cuantos años, en Turquía, en la región de Göbekli Tepe (que significa colina panzuda), los arqueólogos descubrieron unas peculiares construcciones megalíticas circulares de gran tamaño y acabada forma, cuya datación se remonta a casi doce mil años antes de Cristo, casi siete mil años antes de las más antiguas de las construcciones megalíticas ya conocidas, a las que, además, superan por estar mucho mejor construidas y decoradas.
La historia de este descubrimiento, sus detalles, mapas y fotografías, se pueden consultar en la siguiente página de internet y sus enlaces:
Ese es un descubrimiento importante, sin embargo, lo que llamó mi atención es que la primera explicación y denominación que le asignaron los arqueólogos o los divulgadores, fue que se trataba de un templo, un lugar de cultos y ritos religiosos, sin que se contemplara la posibilidad de que podrían haber sido otras las motivaciones de su construcción y usos, dadas las mismas características asignadas por ellos.
En primer lugar, la misma datación establece que tales construcciones fueron realizadas apenas se habían retirado los hielos de la última gran glaciación y que por ello aquella región se había convertido en un fértil territorio cubierto de vegetación y poblado por numerosas especies animales que la aprovechaban.
En segundo lugar, los Homo-Humanos de esa época todavía eran cazadores-recolectores que vieron allí la oportunidad de explotar esa especie de alacena alimentaria.
En tercer lugar, los arqueólogos no han descubierto ningún asentamiento o poblado, más o menos permanente, en las cercanías de aquellas construcciones, pero sí en otros lugares más distantes, lo que permite pensar que, a pesar del posible nomadismo, esa región, por alguna razón, no les era favorable y preferían establecer sus campamentos en otros lugares.
En cuarto lugar y por más que los observo, los megalitos erigidos y tallados de esas construcciones, si bien pueden representar figuras humanas, no son ni individual ni colectivamente, figuras de dioses, más bien parecen, por los relieves de las figuras talladas, representaciones de identidades o informaciones importantes que era necesario reconocer y conservar, tales los casos de los cazadores más importantes, así como de los animales que se cazaban y de los lugares donde abundaban. Algunos interpretes han asociado las tallas y figuras con mapas de constelaciones estelares, lo cual puede indicar que aquella información les permitía señalar y localizar los mejores cotos de caza de las distintas especies.
En quinto lugar, la historia de su decadencia, es decir, que la sucesión de aquellas construcciones en el tiempo muestran que la primera, de mucho mayor tamaño, mejor construida y decorada, fue abandonada y tapada con tierra y escombros y que en sus cercanías se erigieron otras, cada vez más pequeñas, rusticas y de acabados de menor calidad, las que, a su vez, también fueron enterradas, hasta algún momento en el cual ya no se construyó ninguna más. Esto permite pensar que a medida que aquel coto de caza y recolección perdía su abundancia, descendían las motivaciones y esfuerzos para su construcción y los Homo-Humanos se fueron dispersando en busca de lugares más propicios, tales los valles de los ríos Tigris y Eufrates, así como hacia las islas cercanas del Mediterráneo oriental. Ese es otro asunto que bien puede considerarse como el origen del mito de la Torre de Babel, la confusión de las lenguas y la dispersión de los pueblos.
En sexto lugar, por más que las miro, aquellas construcciones, más que templos, me parecen pabellones de caza, casi que como aquellos que construyeron las aristocracias feudales y modernas, lugares en los que se reunían los cazadores para repartir, festejar, protegerse y planear sus cacerías. Por la misma información arqueológica, se sabe que en aquellos lugares no hubo habitantes permanentes, así que allí no habitaron ni personal de servicios ni sacerdotes.
En consecuencia y para mi gusto, estas construcciones no son templos y que algunos de los pueblos que de allí partieron, tal el caso de los minoicos, tampoco construyeron templos, sin que ello quiera decir que no expresaran de otras manera sus sentimientos de lo sagrado y lo divino. Así que los primeros templos y religiones institucionalizadas se construyeron y desarrollaron en otros lugares, por otras circunstancias y en tiempos posteriores, tal el caso de los sumerios y demás civilizaciones mesopotámicas.
Como puede deducirse, no toda cultura y civilización tiene que tener un origen teogónico y religioso. También es posible pensar que las motivaciones humanas impulsadas por la necesidad, a su vez, tuvieran una expresión lúdica de la supervivencia.
***
El segundo de los descubrimientos científicos y el que más atención y prejuicios representa, es la reciente demostración de la existencia del bosón de Higgs, al que algún gracioso le dio por bautizar como el “bosón de Dios”. Eso es algo así como que la ciencia hubiera descubierto el punto en la “i” de una palabra escrita por el ser superior en el texto con el que explica su creación.
Como bien podrás pensar, la ciencia y los prejuicios que la limitan, distorsionan y tergiversan, sigue siendo controlada y manipulada por el creacionismo teogónico.
***
Por mi parte, me quedo con:
En un principio el Homo-Humano era hijo de la Madre Tierra, La Madre Materia, el cual, por su soberbia, se creyó dios, le dio muerte a su madre y ella lo castigó a sufrir impotente ante lo desconocido.


(Escribí para mí, para ti, para quien sea)
"Que sigas bien",
Iván Rodrigo García Palacios.
Medellín, 15 de julio 2012



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