Iván
Rodrigo García Palacios
Carta
eleusina No. 12
«En el siglo VI interviene
un factor nuevo que transformará de modo decisivo la vida espiritual
de Grecia, el llamado fenómeno dionisiaco ha sido estudiado en su
aspecto artístico y religioso, y casi nunca se ha analizado su
relación con toda la evolución espiritual griega. Con un término
más filosófico se puede llamar misticismo a este movimiento.
Mientras que hasta entonces el hombre miraba el mundo y se insertaba
en él como una parte más, ahora se separa de todo, se vuelve hacia
su propia interioridad y buscando en sí mismo encuentra allí el
mundo y la divinidad. De este modo vemos coexistir en Grecia dos
visiones del mundo antitéticas, política la una y mística la otra:
del choque entre estas fuerzas nace el milagro de la filosofía
griega. En nuestro estudio seguiremos esta distinción fundamental,
desarrollándola y justificándola a partir de los textos de los
presocráticos y de Platón» (Giorgio Colli, Filósofos
sobrehumanos, Siruela).
Apreciado Lucilio, "te
saludo"
Los Homo-Humanos somos
materia que siente, se contempla, piensa y que al anhelar se hace
humana.
Por
paradójico que lo parezca, sentir es la propiedad esencial de la
materia, hasta la más ínfima y la aun desconocida subpartícula de
la materia, siente. Por lo tanto, no se puede decir que la materia es
inerte, sólo que en ella se presentan grados de sentir.
Si
se entiende sentir como la condición primordial de las primeras
reacciones de la materia: reconocer, atraer y unirse, o rechazar y
disgregarse, entonces, la materia siente y se trasforma y es, a
partir de ese sentir y trasformarse, que el universo se ha formado
desde su aparición hasta ahora.
Esa
materia que siente, se ordena y se desordena para producir y destruir
todo lo que existe en el universo, desde el primer átomo hasta el
planeta tierra en donde la materia se ordenó en la materia viva o la
materia de la vida se hizo carne, para sentirse, contemplarse,
nombrarse a sí misma y, por el Gran Anhelo, humanizarse, se hizo
espíritu.
***
Las
grandes palabras, los grandes conceptos, son sólo eso: grandes
palabras, grandes conceptos.
***
Y
la carne se hizo verbo.
***
Soy
carne que se organiza y desorganiza, que siente y se siente, que
imagina y se imagina, que piensa y se piensa, que anhela.
***
¿Es
el Ser lo que se dice de él o es el Ser lo que siento que soy?
***
El
enamoramiento es fuego, llama, "furor", que asciende de la
carne al espíritu. El amor es "Luz" que desciende del
espíritu a la carne.
El
enamoramiento funde y fusiona la carne. El amor forma y modela el
espíritu.
Somos
y estamos en esa frontera entre la carne y el espíritu: bestias
(Eros), ángeles (Apolo) y demonios (Dionisios).
***
En
el enamoramiento la amada es sólo una, la única.
En
el amor se ama a la idea de mujer, es decir, a todas las mujeres.
***
Los
celos se producen cuando sentimos que la amada le da a otro lo que
deseamos para nosotros.
***
La
expectativa del hombre frente a la mujer: ¿Cómo hago para verte
"nueva" cada vez?
La
expectativa de la mujer a los ojos del hombre: ¿Cómo hago para que
me mires "nueva", siempre?
***
La
necesidad es la diosa de la vida. La voluntad es su virtud y el
entusiasmo y el regocijo son sus manifestaciones.
La
esperanza es la diosa de la carencia. La fe es su perversión y sus
manifestaciones son la desilusión y el desespero.
***
El
Gran Anhelo es el inventor de dioses y del futuro.
***
"El
instante" es eterno, porque es único.
***
Al
buen padre se le imita. Al mal padre se le reproduce.
***
¿Cómo lograr que la
experiencia de mi sentir pueda ser expresada, compartida y conservada
sin que se convierta en lenguaje?
***
Aquello que no ha sido
nombrado, existe, se experimenta, se comparte y se le convierte en
nombre.
***
Vivo en el mundo y puedo
construirlo a mi tamaño, pero, de vez en cuando, debo regresar a la
placenta para seguir viviendo.
***
El diálogo es una
manifestación del habla que a su vez es lenguaje.
No será la palabra la que
exprese mi sentir. Entonces, ¿qué?
Hasta que la palabra se
funda y confunda con mi sentir... Hasta que desparezcan las
convenciones y nazca una sola convención: sentir placer o dolor: la
experiencia mística, iniciática, incomunicable pero real.
***
La ley de la materia: unirse
para separarse en el eterno retorno de lo mismo.
***
Leer es una actividad
intelectual. La lectura es una "experiencia" existencial.
***
Filosofar
es pensar para vivir, viviendo lo pensado y no vivir para pensar.
***
En
fin... asuntos para seguir leyendo y escribiendo.
(Escribí para mí, para ti,
para quien sea),
"Que sigas bien"
Iván
Rodrigo García Palacios.
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